Así que el día 3 trajo muchas emociones. Por un tiempo, estuve en negación por tanto tiempo, pensando que todavía tenía un peso, tratando de convencerme de que no tenía un problema. Hasta que pisé la báscula.
Pisé la balanza para poder establecer un objetivo correcto. Sin embargo, mi sensación no era positiva cuando vi el número final.
En mis 28 años de vida, nunca... y quiero decir NUNCA, era tan pesado. Siempre luché con el peso toda mi vida y en un momento tuve un buen control, pero luego los desafíos esporádicos de la vida y mi ansiedad tomando un nuevo máximo ahora llegué a un mínimo histórico con un máximo histórico en mi peso.
Estaba avergonzado. No quería acercarme a 300 libras y ahora estoy a solo 20 libras de distancia.
Esta vergüenza me llevó a hacer algo que no estaba tratando de hacer... ejercicio extremadamente.
Puse pesos más pesados en mis sentadillas y empujé mi cuerpo para completar el entrenamiento.
Pero luego me calló el 20...
Y me detuve...
Antes de fatigar mi cuerpo más hasta el punto de vomitar, me detuve. Dejé de hacer ejercicio y me senté. Estaba tan avergonzado de mí mismo que estaba dispuesto a herir mi progreso sólo para castigarme por dejarme llegar a ser tan pesado.
Estaba dispuesto a hacerme sufrir sólo para entender el daño de mi negación. Nunca me había odiado tanto que estaba al borde del llanto... ¡Sí, llorando! ¡En el gimnasio!
Pero me eché un vistazo en el espejo y después de 5 minutos de sólo mirar y sentir tanta vergüenza y odio... de repente, se levantó.
Ya no sentía odio ni vergüenza. Entendí que con cada decisión hay consecuencias. Elegí ignorar mi ansiedad comiendo durante tanto tiempo que me llevó a donde estoy ahora.
Sin embargo, debido a que había empezado a leer un libro de autodesarrollo "Tu Extraordinario Poder", finalmente hizo clic, que yo estaba en control.
¿Los sentimientos negativos que quedan y qué tomó su lugar? Amor y motivación. Después de mucho tiempo de duda, me llené de amor propio. Amor en donde quiero lo mejor para mí. ¿Y qué es lo mejor? Estar sano.
Estar sano, no sólo me beneficiará, sino que también me dará la energía para jugar más con mis hijas. Motivación porque este momento me recordó a mi "porqué". Mi razón para apurarme, mi razón para estar sano, mi razón para trabajar en mis sueños. Me motivó a volver a despertar cada mañana decidido a hacer de cada día un éxito, incluso si era una cosa pequeña.
¡Estoy lleno de un maravilloso grupo de apoyo! Todo lo que tenía que hacer era salir de mi propia cabeza y ver el potencial que todo el mundo veía de mí.
¡Veo mi visión y trabajaré hasta que la alcance! ¡No más vueltas!
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