El día 2 en el gimnasio me hizo reflexionar mucho. Mientras hacía ejercicio, me miraba fijamente en el espejo. No porque estuviera tan hipnotizado por mi buena apariencia, sino sobre todo porque deseaba que los resultados del día 1 fueran instantáneos. Que yo podría ver que mi estómago se está hundiendo. O mis brazos ganando su forma.
No es así. Lo sé. Todos lo sabemos. Estar sano y perder peso todo viene con un intento consistente de hacerlo realidad. No es algo que sucede de la noche a la mañana. Se necesitan días, meses, semanas e incluso años para lograr un cambio completo.
Especialmente que estoy empezando y donde estoy ahora ha sido el más grande y el más pesado, que he estado nunca. Sé que me llevará más dedicación y voluntad para hacerlo realidad.
Pero no me rendiré, aunque mis emociones estén en un subidón.
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